Hace ya unas semanas se publicaba la noticia de que en 2011 la Catedral de Santiago de Compostela cumplirá 800 años. Con motivo de esa fecha se realizarán obras de mantenimiento, rehabilitación, apertura de estancias inaccesibles para el público hasta el momento y la instalación de unos ascensores para acceder al triforio.
Es este último punto el que genera la polémica, el que muchos tildan de aberración mientras otros aplauden la rendición al progreso.
Si la arquitectura es hija de su tiempo, no debe serlo solo del tiempo en el que es concebida, sino de todos los tiempos en los que está presente. La Catedral de Santiago es una obra viva, que ya ha recibido aportaciones de diferentes épocas a lo largo de su historia (en el XVIII se construye la actual fachada del Obradoiro, obra barroca que evita el desgaste que las inclemencias meteorológicas producen sobre el Pórtico de la Gloria), aportaciones que han transformado la catedral hasta convertirla en la que ha llegado hasta nuestro días.
¿Por qué parar ahora? Si antes de nosotros hubo gente que estimó necesarias transformaciones sobre el proyecto original para adaptarlo a sus nuevos tiempos y a sus nuevas necesidades... ¿Por qué no podemos nosotros, con la tecnología actual, seguir transformando esa catedral viva para hacerla más coherente con su tiempo?
No hay que ver esos ascensores como una comodidad más para la sociedad del siglo XXI. Son algo mucho más importante, y objetivo de la arquitectura desde hace ya un tiempo: La supresión de barreras arquitectónicas para personas con movilidad reducida. Con ellos, cualquier persona, independientemente de su grado de movilidad, podría recorrer completamente la catedral. Que es la única forma de vivir la arquitectura: recorrerla.
Estas obras, que con la técnica y materiales actuales, seguro tendrán un impacto visual mínimo y un respeto máximo hacia la catedral; no son aberraciones, son el objetivo de la arquitectura.
Enlaces
http://www.diariodelviajero.com/espana/la-catedral-de-santiago-celebrara-su-800-aniversario-en-2011
http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Santiago_de_Compostela
Comparto contigo la idea de que la arquitectura es viva, de que es necesario recorrerla y disfrutarla con todos los sentidos y que debe adaptarse al tiempo, que no debe quedar atrás. Además de que claramente el añadir ascensores puede suponer una enorme ventaja a personas con discapacidades, pero tampoco creo que todo este permitido.
ResponderEliminarEs cierto que la catedral tuvo numerosas aportaciones de épocas posteriores a ser construida, y que en el momento pudieron dar lugar a polémica, pero considero que no están al mismo nivel.
De todos modos y aunque no esté del todo de acuerdo contigo me parece muy interesante el cambio de rosca que le das al tema.
Está muy bien defendido por Gabriel la inserción de ascensores dentro de la catedral y, por supuesto, en la actualidad la arquitectura ocupa un campo a solucionar de comodidades muy amplio como el citado en la entrada: el paso de minusválidos.
ResponderEliminarSin embargo, a parte de que la arquitectura debe ser coherente con la época y adaptarse, las partes de un mismo edificio deben ser coherentes entre si.
La catedral habrá pasado por numerosos mantenimientos y cambios pero son perfectamente adheribles a lo que ya existía antes, sin cambiar su lenguaje y dejando perfectamente definido a qué época pertenece.
Los ascensores, en mi opinion, son una solución poco relacionada con el conjunto de la catedral, además de que estos no son la única solución para el paso de minusválidos por dentro del edificio, ¿O nos hemos olvidados de las maravillosas rampas que, quizá, sean más adecuada al edificio, con menos costes y, por supuesto, con una tecnología menor que la de los ascensores, y que pueden solucionar perfectamente el problema?
En el principio estoy de acuerdo con Lucia, y estoy de acuerdo totalmente con Gabriel, porque ¿que otra manera que no sean ascensores o escaleras tenemos para salvar la gran distancia que separa al suelo del triforio? Me parece que la idea de la rampa es un poco descabellada.
ResponderEliminarDe todos modos no es ni será el primer monumento al que se le instalan ascensores, un ejemplo que me acuerdo es la iglesia del Pilar de Zaragoza.
Redefiendo mi idea. Los ascensores requieren abrir hueco en cada uno de los pisos de la catedral y ocupar un espacio antes cubierto por piedra decorada, cambiandolo por cableado y placas de metal, que desde luego llaman bastante la atención por mucho que podamos camuflar. En su lugar, a parte de rampas y ascensores están estos modernos artilugios que hay instalados ya en algunas casas que consiste en un asiento que se mueve por un rail paralelo al pasamanos de la escalera que tiene menos impacto que el ascensor, aunque sea algo mecánico y ajeno al edificio.
ResponderEliminarEn definitiva, sigo aportando la idea de que existen soluciones menos llamativas para el paso de cualquier vehículo adaptado al ser humano con rueda como pueden ser silla de ruedas o carritos de bebé. Lo que es disparatado es aplicar un ascensor en tales circunstancias.
Estoy de acuerdo con Gabriel "Si la arquitectura es hija de su tiempo, no debe serlo solo del tiempo en el que es concebida, sino de todos los tiempos en los que está presente". En principio no creo que los ascensores rompan con la coherencia del edificio sino que dependerá de la realización de la obra y de como se integran con la catedral el uso de ciertos materiales.
ResponderEliminarDe todas formas ¿que se pensó sobre la reforma del louvre o el atrio del british museum? Aunque no sean comparables creo que es inevitable, nos guste o no, que si una edificación está viva deberá adaptarse a las necesidades de los que la usan. ¿No era esta la ultima fase del proyecto?
Muy buen tema Gabriel y felices fiestas a tod@s
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ResponderEliminar¿de qué forma unos ascensores no rompen el equilibrio de una catedral del Románico?
ResponderEliminarEs una catedral no solo románica, es gótica, es barroca, y todo está en equilibrio. Si ya se hizo, puede hacerse.
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